miércoles, 31 de marzo de 2010

Olores conocidos




Y tras 3 meses de aprovechar todo lo que Salamanca podía ofrecerme estoy de nuevo sentado en la habitación que me vio crecer, en la casa que me vió crecer y en la ciudad que me vió crecer, aunque a veces seguro que giro la vista para no tener que ver las locuras que cometía.
León... he descubierto algo sobre tí después de 21 años conviviendo contigo (hay ciudades en las que se vive y ciudades con las que se convive y León y yo hemos convivido, mejor o peor pero lo hemos hecho): y es que tienes un olor especial, un olor especial que ninguna otra ciudad tiene, al menos para mí, y es que es posar un pie en esa estación de autobuses y mi nariz percibe un olor que le resulta familiar. Precisamente a eso huele León: a familia, aunque también huele a amigos, a ex amigos, a ex parejas y a muchas otras cosas "ex".
León... León... mi querido y a la vez odiado León, querido porque siempre he defendido que somos lo que somos por el sitio en el que nacemos, el nos da todo lo que tenemos y conocemos y odiado precisamente por todo lo que no me has podido ofrecer, aún asi, no te guardo rencor, por eso vuelvo a ti.

Salamanca, me despido de ti durante unos días, pero no me eches de menos demasiado, cuando quieras darte cuenta estaré pateando de nuevo tus calles y es que por mucho que me queje te he cojido cierto cariño. Sólo necesitaba un poco de tiempo libre y el objetivo de mi cámara para darme cuenta de todos los rincones que escondes y de los que he podido disfrutar estos días que la carrera me lo ha permitido, por eso la foto de esta entrada te la dedico, porque se trata precisamente de eso, de mi y de ti, ahora somos tu y yo, por mucho que le duela a mi ex ciudad. Siempre que vuelvo a León mi madre me da la bienvenida diciéndome " ya estas en casa", se que lo hace porque no debe ser fácil que tus hijos se hayan ido de casa, el pequeño, ese niño que se encerraba en la habitación a escuchar Mónica Naranjo y se ponía a soñar con lo que sería de mayor. Ahora sus sueños se han vueltos mas realistas, eso sí,sigue encerrándose a escuchar a Mónica Naranjo que es lo único que no es una de esas cosas "ex". Sin embargo yo creo que tu casa está donde esta tu vida, y mi vida ahora esta a unas 2 horas y media de aquí.
Salamanca, nos vemos dentro de poco, ahora toca disfrutar un poco de lo que fuimos.

Supertravesti Misántropo



PD: hace días le prometí a mi querida Dulce que haría una entrada en el blog titulada "Somos pasta", sin embargo contratiempos han hecho que no tuviera tiempo (ni ganas) hasta ahora de sentarme a escribir. Simplemente decir que aunque nos miren mal, ambos sabemos que es porque nos envidian (y NO porque te caigas de una silla que esta a un metro del suelo) y que en el fondo tu y yo sabemos que somos como la pasta: se puede comer en cualquier época del año, es plato único, no necesito un gran proceso de elaboración y le gusta a todo el mundo (a todo el mundo, he dicho).

1 comentario:

  1. es lo que tiene pertenecer a dos lugares diferentes, uno por ciudad en la que creciste y otro por ciudad en la que intentas seguir creciendo. a veces juega malas pasadas y la nostalgia puede más,pero siempre acaba siendo una riqueza ;)

    ResponderEliminar